
El mes pasado una amiga y yo íbamos a viajar juntas a Zúrich, pero debido a las circunstancias, sin entrar en detalles, ella tuvo que cancelar su viaje con muy poco tiempo de anticipación. Lo que debió ser un viaje de chicas a Suiza terminó siendo un viaje para mi sola.
Me hospedé en el Glockenhof, que es un hotel agradable cerca de Bahnhofstrasse. Mi habitación era ventilada y soleada y más espaciosa que en cualquier otro hotel en el que me haya quedado en Zúrich. Limpiaban la habitación dos veces al día y cuando regresaba en la noche, había chocolate esperándome en la almohada.
El desayuno buffet estaba incluido en la tarifa de la habitación, y era mucho mejor de lo que esperaba por un desayuno gratuito. Aún era verano en Zúrich, así que podía sentarme en la parte de afuera del lindo jardín y disfrutar del sol de la mañana y una taza de té, mientras trataba de decidir si tomar otra ronda de Bircher Müesli o un SchoggiGipfeli. La mayoría de los días tomaba ambos.
El baño era elegante y moderno, pero había una gran ventana entre el baño y el resto de la habitación. Ya he visto esas construcciones en otros hoteles y aunque entiendo que hacen que la habitación parezca más grande y más iluminada, no estoy segura que me guste. Aunque hay una cortina, todavía siento que cualquier otra persona que esté en la habitación puede ver lo que estoy haciendo, y sólo puedo imaginar cuan incómodo podría ser, incluso si viajas con amigos muy cercanos. En cuanto a los servicios complementarios, siempre olvido mi cepillo de dientes, así que me hubiera gustado cambiar los bastoncillos de algodón y el gorro de baño por un cepillo de dientes y una Colgate, pero por otro lado, tenía todo lo que necesitaba en la habitación.
Glockenhof está convenientemente ubicado justo en el corazón de Zúrich, y estás cerca de la mayoría de los sitios turísticos y las atracciones. Ni siquiera tuve que comprar una tarjeta de Zúrich en ese momento, porque todo lo que había planeado ver estaba a sólo unos pasos de distancia. Me gustó mucho el hotel, y mientras escribo este post, Poul y yo nos estamos registrando nuevamente en el Glockenhof, para la que sería mi tercera estadía en el hotel.