En España se cena tarde, así que antes de que llegara la hora de cenar, Steve, mi mamá y yo dimos un pequeño paseo nocturno por Ronda. Empezamos cruzando el puente nuevo, el Puente Nuevo. Durante el día había estado lleno de turistas, pero después de que cayó la noche no había nadie.
Desde allí bajamos caminando hacia el puente antiguo, el Puente Viejo. De camino pasamos por la Casa del Rey Moro, conocida por sus jardines en terrazas y por la antigua mina de agua que se utilizaba para subir el agua desde el desfiladero. La casa en sí data del siglo XVIII, pero la mina es mucho más antigua y ofrece una visión muy interesante de cómo se aprovechaban antes los recursos naturales del desfiladero. El nombre puede dar a entender que aquí vivió un rey moro, pero el edificio que se ve hoy fue construido mucho después de que terminara la época musulmana en Ronda.
Un poco más abajo, pasamos por debajo del Arco de Felipe V, una puerta de la ciudad que lleva el nombre del rey Felipe V. Aquí se deja atrás la parte más antigua de Ronda, en el lado sur del desfiladero, y se avanza hacia la zona más nueva de la ciudad, al mismo tiempo que se accede al Puente Viejo, el puente antiguo que cruza la garganta. Cruzamos el Puente Viejo, que pese a su nombre no es el más antiguo de los tres puentes de Ronda. Más abajo en el desfiladero se encuentra el Puente San Miguel, que es el puente más antiguo de la ciudad.
Cuando emprendimos el camino de regreso ya estaba bastante oscuro, y la iluminación a lo largo de las escaleras no era la mejor. Hay bastantes escalones en esta ruta, pero todo es manejable, y el ambiente nocturno y los paisajes hacen que valga mucho la pena.
De vuelta, nos detuvimos en un mirador con vistas al Puente Nuevo, iluminado de forma espectacular contra el cielo nocturno. Desde allí también podíamos ver nuestro Airbnb, así que llamamos a mi papá y le pedimos que saliera al balcón a saludarnos con la mano. ¿Lo ves en la foto?
Elegir bien dónde alojarse en Ronda marca la diferencia, porque es una de esas ciudades en las que dan ganas de quedarse un poco más. Ronda es increíblemente bonita, con vistas espectaculares, calles históricas y un ritmo tranquilo que hace fácil sentirse a gusto enseguida. Hay muchos restaurantes excelentes en la ciudad, desde bares de tapas informales hasta opciones más refinadas, y mucho que ver y hacer tanto en Ronda como en los alrededores. Tanto si buscas un hotel con encanto en el casco antiguo, un alojamiento con vistas al desfiladero o una base cómoda para explorar Andalucía, Ronda tiene opciones que encajan. Haz clic en el enlace de abajo para ver hoteles en Ronda y encontrar el lugar perfecto para tu estancia.