
Ayer fue mi cumpleaños y mi familia me sorprendió con una kagekone de la panadería del barrio. Es una de esas tradiciones muy danesas que parecen totalmente normales cuando creces con ellas, pero un poco absurdas en cuanto intentas explicárselas a alguien más.
En Dinamarca, la kagekone y el kagemand (mujer pastel y hombre pastel) son pasteles de cumpleaños clásicos, especialmente en las fiestas infantiles. El pastel tiene forma de persona y está decorado con glaseado y muchísimos dulces. El glaseado forma la cara con ojos, nariz, boca y pelo, mientras que el cuerpo suele cubrirse con caramelos de colores. Regaliz, gomitas, chocolate y pequeños dulces envueltos, todo vale. La cabeza casi siempre tiene la mayor cantidad de dulces, lo que también la convierte en la parte más popular. Muy a menudo, el pastel también se decora con pequeñas banderas danesas, clavadas directamente en el glaseado o colocadas alrededor del pastel.
La bandera danesa aparece en los cumpleaños por una razón. Nos encanta nuestra bandera y, a diferencia de muchos otros países, no está reservada solo para ocasiones oficiales. Sale para celebraciones grandes y pequeñas, cumpleaños, reuniones familiares, graduaciones y prácticamente cualquier excusa feliz que se te ocurra. Una mesa de cumpleaños sin banderas se sentiría extrañamente incompleta.
También hay un pequeño ritual. Tradicionalmente, lo primero que se corta es la cabeza. En el momento en que el cuchillo atraviesa el cuello, todos en la fiesta deben gritar lo más fuerte posible. Es completamente teatral y pensado para ser gracioso. De niños, nos encantaba. Recuerdo los gritos como uno de los momentos más memorables de mis propios cumpleaños. Viéndolo ahora, suena bastante raro, pero en el momento es simplemente parte de la diversión. Banderitas de papel sobre la mesa, niños emocionados, subidones de azúcar y un horror exagerado de mentira.
No hay reglas estrictas. Algunas familias siempre empiezan por la cabeza, otras cortan el pastel como cualquier otro, y algunas se saltan los gritos por completo. Pero ese primer corte dramático es algo que la mayoría de los daneses reconoce al instante.
En cuanto al pastel en sí, no existe una única versión correcta. La kagekone y el kagemand suelen hacerse con vandbakkelse, un tipo de masa choux similar a la que se usa para los profiteroles. Así era también el mío. Por dentro, normalmente está relleno de crema batida, a veces mezclada con crema pastelera o mermelada. Otras versiones se hacen con bizcocho o con una masa dulce con levadura. Lo más importante no es la base, sino la decoración. Mientras tenga glaseado y dulces encima, cuenta.





